domingo, 16 de noviembre de 2014

Últimas cenizas.

Yo
no decidí vivir.
No fui yo
quien escogió el sufrimiento,
el vacío,
el dolor,
para después morir.
Pero aquí estoy
en un pozo sin fondo y
en la más oscura tristeza
intentando sobrevivir, ser más fuerte que el destino.
                   
                        [aunque nada es eterno
                        y mis fuerzas se agotan ya]


Y aún sin haber elegido el vivir
ahora puedo elegir el morir
y dedicarle esta jugarreta a quien fuera
que me dio esta mísera vida.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Llantos sucios.

Llorar bajo la lluvia es de las mejores sensaciones que existe; tus lágrimas quedan disimuladas por las gotas mientras desahogas tu tristeza a la vez que las nubes se desahogan de la suya; ambas lloráis a la vez, cielo y tú. 

Dicen que para saber si quieres a alguien tienes que dejarlo marchar. Lo que no dicen es que luego tal vez no vuelva. Sigo sin entender qué coño pasó, qué hice mal. Supongo que le dejé marchar, y sí, le quería, pero fue demasiado tarde. Ahora es eterno invierno en mi corazón, como si Perséfone hubiera muerto y Deméter estuviera de luto continuo, como si nevara en mi interior. Cuando la última nota ha dejado de sonar, cuando la última flor ha caído seca, cuando la última luz ha sido apagada; entonces he sido consciente. Estoy sola y solo me quedan decir adiós. Cómo una actriz se retira entre bambalinas mientras le lanzan crisantemos a sus pies. 

Adiós. 

lunes, 29 de septiembre de 2014

Despedida.

Dicen que todos tenemos un don que nos hace especial. Que todos tenemos algo en lo que ser los mejores. Jamás descubrí qué era lo mío.

[...]


 Supongo que esto es lo más parecido a una carta de despedida que podrás encontrar, mi querido Tom. No creas que a mí no me duele, escribo esto con el corazón encogido por el sufrimiento que llevo encima. Pero debo hacerlo; por mi bien, por tu bien, por el de todos. Me voy.

La vida nunca fue generosa conmigo, no sé porqué. Pero aún así intenté ser fuerte, afrontar los problemas. Sin embargo llega un momento en que la vida, o el destino, toma las riendas y ves cómo, en contra de tu voluntad, todo alrededor tuyo se hunde en un oscuro pozo. Entonces te adaptas, nada más. Te vas autodestruyendo tú mismo, olvidado por todos y como un fantasma, hasta que llega el punto en el que la vida no tiene sentido.

 Y aquí apareciste tú. Siempre odié que dudaras de mi amor hacia ti. Te quería, y quiero, simplemente. No hay razones físicas para querer a alguien. Pero a la vida le gusta joder, y pronto volví al pozo del que había salido, aunque esta vez tú me acompañabas y no fue tan difícil. Sin embargo ha llegado el momento de decir adiós. Y entonces, cuando me di cuenta que tenía que decir adiós, descubrí también en qué era yo la mejor.

¿Sabes qué tienen en común todos los funerales? En todos ellos se oye a alguien diciendo: "Siempre se van los mejores". Me toca ser la mejor.



 [All things come to be loved and lost]

martes, 22 de julio de 2014

Ella: Existencia.

Vivía sin vivir.
Y explotó. 

Era una bomba de relojería sin ella saberlo. Surgió una llama en su interior reclamaba salir al exterior. Librarse del disfraz que era su cuerpo y poder vivir realmente libre.
¿Cómo es vivir una mentira? ¿Vivir un teatro? ¿Interpretar una obra llamada "vida" que tú mismo no diriges?
¿Cómo es vivir sin vivir?

La llama se convirtió en incendio y arrasó con ella. Su cuerpo se volvió cenizas. Pero ya era libre. Ya era ella misma.

mientras llovía sobre los restos del incendio, una llama persistía, una llama que no se apagaba. Y sí, de la llama resurgió la vida, renació ella.
Porque eso es ella, vida, fuego y lucha. Ella es luz; la luz que guía a los invisibles, a los que pasan desapercibidos, a los inexistentes.

Ella es luz en mitad del tenebroso mundo.



[Baby if you could would you go back to the start take any fresh steps or watch it all fall apart, again.]


 

domingo, 6 de julio de 2014

De poetas y musas.

   
                                                                                  15/12/93
     

Hoy he estado investigando de nuevo en el "baúl de los secretos"; la historia ya va tomando forma y voy a plasmarla para no perderme detalle alguno.

Mi abuela se llamaba Amélie y sí, era francesa. Tuvo un matrimonio concertado, con un ricachón perteneciente a la alta burguesía; ella no lo amaba, pero sus padres la obligaron porque "era lo mejor para ella y su futuro". A sus 24 años y casada con un varón de 53,  ya me imagino su vida, pobre mujer; ella que era loca, ella que de dejaba guiar por su corazón, ella sabía que ese no era sus lugar. Hasta que ocurrió. No hay muchos detalles de cómo, pero conoció a un pobre poeta francés que le prometió la luna mientras se perdía en su mirada. Huyó con él. Huyó de sus responsabilidades, de su marido, de su casa, de su monótona y horrible vida, para por fin seguir a su corazón. Estuvieron viviendo en un pequeña y destartalada buhardilla en París, haciendo poesía con sus cuerpos, entre gemidos y sudores, ella posaba y él la retrataba en versos. No necesitaban soñar con una vida mejor, porque ellos ya la tenían. De esa unión, que duró casi 7 años, nació mi padre.

Cuando el esposo de mi abuela logró encontrarlos, se "hizo justicia". El pobre y desdichado poeta fue muerto. Su musa, mi abuela, se suicidó.

Ninguno de los dos fue enterrado, espero y deseo con todas mis fuerzas que sus huesos yazcan juntos en algún lugar remoto.

viernes, 27 de junio de 2014

Ella: Destrucción.

Ella era vida. Hasta qué se incendió. Entonces dejó de ser, dejó de existir. Ya no había ella, ya no había nada. El incendio la derrumbó, la destrozó, la consumió hasta los cimientos.
¿La causa del fuego? Ella misma. Ella era vida. Pero también era llama. Y se autodestruyó. Ella era, porque ya no es. Aún quedan cenizas de su pasado.

Hay un ramo de crisantemos a sus pies y una frase que reza: "Y al final la vida acaba siendo eso, una continua autodestrucción".


                               Ella era. Y ya no es.



Quién sabe, tal vez de sus restos incendiados surja una llama. Pero esta vez por fin, una llama de vida.

miércoles, 11 de junio de 2014

Tú.

Tú sonríes
pero tus ojos me hablan
de una tristeza, más profunda que el océano.
Tú, que esquivas miradas,
temerosa,
para que nadie vea
lo que cargas en tu corazón.

Tú, que eres invisible.
                                   [Tú, que eres fantasma]

Tu mirada explica más
que cualquier palabra.

Tu fondo (sin fondo)
Tus lágrimas no vistas,
tu desangramiento interior,


Tú eres yo.

lunes, 5 de mayo de 2014

In memoriam.

Me llamo Anya Kozlov. Soy rusa, al igual que mis padres y mi hermano. Mi hermana se llamaba Katia; la asesinaron por el simple hecho de amar a otra mujer. La violaron y quemaron viva. Tenía 18 años. Esta no es mi historia, es la suya.

[...]

Era como el maldito Ku Klux Klan, estaban por todo. Y en pleno siglo XXI. No solo se dedicaban a insultar a los homosexuales, tambiés se dedicaban a apalearlos y ¿por qué no? Matar a alguno tampoco se les daba mal. Mi hermana y Tanya se amaban, eso estaba claro, mis padres lo aceptaron y las apoyaron, mi hermano y yo también, pero por desgracia me temo que éramos los únicos. Con el tiempo y el hecho de vivir fuera de Rusia, me he dado cuenta que el mundo aparte no sabe casi nada de lo que allí pasa. El país ruso, sus gentes, su cultura, sus leyes, son desconocidas para el resto de la humanidad. Es como si una barrera invisible lo separase de todo el mundo.

Ya nos habían llegado decenas de amenazas anónimas, estábamos acostumbrados ¿por qué iba esa a ser especial? Pero nos equivocamos. Era ya de noche y se escuchó un estruendo en la planta baja; lanzaban piedras contra las cristaleras. Fui corriendo a la habitación de mi hermana y me quedé con ella, abrazándola. Mis padres estaban abajo, nos llegaron sus gritos; oímos pasos que subían por las escaleras y abrían una habitación tras otra. Nos encontraron. Me la arrancaron de los brazos. Intenté forcejear, luchar contra ellos, pero me fue imposible. Me pegaron un puñetazo y me bajaron tras ella, la llevaban cogida del pelo, estirándola. Eran cinco, lo recuerdo, recuerdo todas sus caras, sus gestos, su mirada incendiada en ira. Cuando llegamos abajo, al comedor, lo vi todo destrozado y a mis padres en un rincón, abrazados; les habían pegado. Cogieron a mi hermana y la violaron, uno tras de otro, perdí la cuenta de las veces. Uno se acercó a mí y me susurró "puede que a ti no te vayan los coños, pero eres su hermana y llevas su sangre, así que nos aseguraremos". Fue el único que me violó. Después se la llevaron y lo vi. Fuera. Una hoguera. Una maldita hoguera. No podía ser real; pero lo era. La ataron de manos y pies y la lanzaron. Aún puedo oír sus gritos, sus chillidos, las risas de esos cinco animales.

Fueron juzgados, pero aún así no les pasó nada. Absolutamente nada. Simplemente quedaron libres tras pagar una cifra de dinero que ya no recuerdo. 

[...]

Prometí a mi hermana que la cuidaría, que no le pasaría nada, que jamás le harían daño, pero no pude cumplir mi promesa. Entonces juré que me vengaría. Mientras los veía frente a la hoguera reírse como hienas juré que me lo pagarían, todos y cada uno de ellos, en esta vida o en la otra.


La humanidad está suficientemente avanzada como para enviar gente a la Luna, pero no lo suficiente como para aceptar el amor entre dos personas de igual sexo. 

viernes, 2 de mayo de 2014

Fin de la función.

Se baja el telón. Acabó la obra. La función ha sido un éxito, aunque no se puede decir lo mismo de su vida. El teatro se va derrumbando con ella dentro, pero da igual, la chica hacía ya tiempo que estaba en ruinas.
Despojos, despojos del tiempo es lo poco que queda. Recuerdos a retales, a parches. Recuerdos cogiendo polvo en algún rincón olvidado de la memoria. Una partitura yace sobre el atril, con una melodía inacabada que nadie jamás oirá. Un cielo rojo sangre como si el propio Zeus le arrancase el hígado a Prometeo.
La lluvia apaga poco a poco el incendio de su mente. Pero no queda nada. Nada. Ni espacio. Ni vacío. Simplemente nada.
Y ahora llega su final, el final de su función. Entre ruinas y cenizas ella se despide. Y el público lanza crisantemos a sus pies.


sábado, 15 de marzo de 2014

Kvothe.

"Luego toqué la canción que se esconde en el centro de mí. Esa música sin letra que recorre los rincones secretos de mi corazón. La toqué con cuidado, desgranando las notas lenta y suavemente en el oscuro silencio nocturno. Me gustaría poder decir que es una canción alegre, que es dulce y animada, pero no lo es."